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Capítulo I: Comienzo del viaje

 
 

San Chárbel
según sus contemporáneos

Padre Hanna Skandar
 

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 Introducción
 
 Chp.I :Comienzo del viaje
 Chp.II: Los trabajos del la vida
 Chp.III: hacia el cielo
 
 Conclusión
 
 "Palabras de San Chárbel"
 
  Los testigos
 

Especial

 
El Bautismo de Jesús

A: José Antonio: en Bqaakafra

1-Una familia santa 

     “Su padre se llamaba Antonio Zaarur, “Abu Hanna”, de Bqaakafra. Su madre, Brígida Elías Jacob Al  Chidiac, de Bcharri. Tenía dos hermanos: Juan y Anunciación; y dos hermanas: Kauna y Rosa. Él era el menor de la familia. José era el nombre civil y, Chárbel, el nombre religioso, cuando entró en la Orden.

  Su papá era un sencillo trabajador, como el resto de los habitantes de su aldea”4, “que vivía del cultivo de su tierra; y su mamá se ocupaba de los trabajos domésticos. Ambos eran  piadosos y se preocuparon por darle una educación cristiana”5

2- La muerte del padre, durante el trabajo forzado

     “En aquella época, el ejército del príncipe del  Líbano6, obligaba a los dueños de bestias de carga a trabajos forzados, para transportar  las rentas del príncipe, toda clase de granos a Beit-Eddine. En el curso del año 1831, Antonio Zaarur tenía una mula y trabajaba en la localidad de Magdlaya7. Fue requerido para el trabajo forzado a transportar el producto de dicha aldea a Biblos, para enviarla, después, a Beit–Eddine. En el camino de regreso de Biblos hacia Bqaakafra, llegó a la aldea de Guerfin, donde cayó enfermo, murió y fue sepultado”8. “Esto sucedía el 8 de agosto de ese mismo año9, cuando Antonio Zaarur entregaba su alma a Creador, en la aldea de Guerfin, en la ciudad de Biblos, cuando efectuaba su trabajo forzado de transportar los productos dese Magdlaya a Beit-Eddine”10. Entonces,  su viuda se ocupó de los niños, ayudada por su cuñado Antonio Zaarur”11

 

3- Nacimiento y bautismo de Chárbel

     La casa del abuelo de San Chárbel, donde nació, todavía se encuentra en Jalidie. Fue restaurada, hace ya como unos quince años, y transformada en  iglesia. Dicen que Brígida venía con su familia y “Abu- Hanna”, portando con ellos sus reses, para pasar allí el invierno, durante cuatro meses, huyendo del frío y de la pobreza. Ella ayudaba a sus padres en la recolección de las aceitunas. Fue allí donde nació José, San Chárbel, en invierno, y fue bautizado en la antigua iglesia de Nuestra Señora de Jalidié”12  “o, bien, Nuestra Señora de Bqaakafra”13.

     “Cuando San Chárbel estaba en Bqaakafra, no se llevaban, todavía, registros en la iglesia”14. En efecto, el registro n°1 empezó en el año 183015. Es por eso por lo que Chibli declara:”Yo no encontré en los registros  de bautismos de la aldea de Bqaakafra la mención del nacimiento y del bautismo del Padre Chárbel. Pero sí encontré la mención de los bautismos16 de sus hermanos, del deceso de su padre y de su madre. Deduje de todo esto, que el Padre Chárbel nació el “ocho de mayo”18 de 182817. Otra hipótesis señala su nacimiento en 183319. Pero lo más probable, según la lógica, es que su nacimiento haya sido a comienzos de la primavera de 1832, unos meses después de la muerte de su padre. Esto es lo más probable, por dos razones: su mamá era todavía  joven, pues  trajo al mundo a Antonio, en su segundo matrimonio, el ocho de septiembre de 183420 y, a Noé, el tres de julio de 183721. José era el menor de la familia y, entonces, es probable que su mamá estuviera encinta cuando la muerte de su padre.

 

4- Nuevo matrimonio de la mamá

     Dos años y dos meses después de la muerte de Antonio Zaarur, Brígida se volvió a casar22: “Yo, el Padre Jorge, bendije el matrimonio de Lahud Ben–Jorge Abrahán, con Brígida, hija de Elías Al-Chidiac, de Bcharri, en presencia de los testigos, en el mes de octubre de 1833”..23. “Después, Lahud fue ordenado sacerdote24, con el nombre de Padre Abdel Ahad25; pero no se encargó de la parroquia de Bqaakafra, sino, más bien, de una parroquia en la zona de Baalbek26. Brígida lo acompañó a Chlifa y a Btedii, donde él tenía algunas tierras28.

 

5- Huérfano de madre y tutela del tío

     “Después del segundo matrimonio de su madre, Chárbel vivió, como huérfano, al cuidado de Antonio29, su tío paterno, junto con sus hermanos y hermanas30, quedando bajo su tutela31.Su madre venía, de vez en cuando, para verlos. Los niños se entretenían, los unos con los otros, bajo lo custodia de su tío Antonio y sus parientes lejanos”32.

 

6-La escuela del convento de san  Hochab

   “El Padre Chárbel aprendió a leer y a escribir con los curas de la aldea, sus contemporáneos: Jorge, Benedicto, Antonio, Juan y José, de la familia Majluf34, en la escuela del convento de San  Hochab, en ése, entonces35. “Mi abuelo me contó: “cuando él era muy joven, llevaba siempre en la mano el libro de oraciones”. Oí hablar a mi abuelo de su buen humor, de su obediencia a sus padres y su cariño por sus hermanos”36. “José crecía en edad y en conocimiento, en fervor y en bondad. Era un ejemplo viviente, en palabras y en obras, entre los chicos de su aldea. Oraba mucho, se confesaba y comulgaba con frecuencia”37

 

7-Hilaridad ante una catástrofe

 

     “José era sagaz e inteligente por naturaleza, rayana en chanza”38, por supuesto en el campo político”39. “El lunes, 12 de septiembre de 184240, llovía abundantemente, y los torrentes se precipitaban sobre Achagura41, en Bcharri. Él describió la escena en unos versos populares42, con sus amigos, cuando apenas era un niño43

          “La quebrada Tum Al Mezrab45

          inundó44 la región de Achagura.

          Dijeron los pastores46 beduinos,

          vecinos del riachuelo Al Qadib:

          Dios hará que cese tanta lluvia

          y a nosotros se digne bendecir. 

          Para el lobo es buena coyuntura

          una oveja y un cordero secuestrar.

          Al inicio47 del torrente, por ventura,

          de Bcharri las gentes se pusieron a contar

          que eso no era más que una nube pasajera,

          eso no podría mucho tiempo durar.

          Y una taza de café48 donde el vecino,

          mientras pasa, se fueron a gustar. 

          Pero cuando el torrente inundó a Bcharri,

          aterrorizada la gente empezó a gritar:

          “pronto, las palas para encauzar el oleaje

          y las pequeñas brechas taponar”49

          Limpio quedó el valle a causa del torrente,

          que ni los muros quiso perdonar.

          Gritaban y lloraban las pobres gentes:

          “¡Qué escena, Dios nuestro!” Quiéranos salvar. 

         Cuando el torrente llegó a Hadchit,

          de gloria se llenó con su gran estruendo.

          Desplomáronse los muros que había allí,

          y los mejores edificios abajo se vinieron. 

          Al valle de Qanubín llegó su fuerza,

          derramando sus aguas por doquier.

          Los habitantes se escondieron en las cuevas,

          estupefactos, aterrados, sin saber qué hacer. 

          En el valle bajo de Fradíss, el torrente

          su fuerza, su furia y su pujanza redobló.

          En la aldea del santo patrono la imagen

          portaron con suma devoción las gentes,

          y exclamaban todos compungidos:

          sálvanos, imagen de nuestro patrón, clemente. 

          De Bqarqacha  los aterrados pobladores,

          junto con sus niños, jóvenes y doncellas,

          a Salomón50 Aarida elevaron corazones,

          y por él prometían hacer obras buenas. 

          Y aquel pobrecito de José Hanna,

          con ésa su dentadura torcida,

          no pudo aguantarse ya las ganas51,

          y corrió con toda prisa a la letrina. 

          Desde allí llamó a su tío Sergio,

          que al punto vino para auxiliarlo,

          sacudió de las faldas el sucio ruedo,

          y arregló lo que se había desgarrado. 

          La cara de los habitantes de Bqaakafra

          palideció al instante por tanta furia,

          escaparon  en sus bestias de carga,

          que convirtieron en lanchas  para su fuga. 

          Y también los de Hasrún y de Bazrúm,

          desencajados de miedo ante tal bravura,

          exclamaban: cortemos de los árboles las ramas,

          y pongámonos a taponar ranuras. 

          El torrente invadió a Hadat y a Qnat.

          Allí, de una granja dicen que murió uno,

          que de Hamtura54en sus jardines frescos,

          como secándose, colgado de un muro

          encontraron, frío, solo y tieso.         

          Los dueños del molino Chahla,

          huyeron en despavorida fila.

          Se descompuso de miedo el molinero,

          y acabó de llenar con su carga la letrina. 

          Los dueños del molino Blatt,

          confundidos por tal revuelta,

          a grandes voces gritaban:

          traednos barro para tapar las grietas. 

          Dios Santo qué gran escena!

          Cuando el torrente pasó por Yura.

          Arrastró los árboles más grandes

          que había en la región de Kura. 

          Ahora está en Tursa con su enorme fuerza.

          A su paso los árboles se doblan.

          ¡Qué podemos hacer, oh gentes;

          jamás hemos visto semejante cosa! 

          Su vida maldecían las gentes de Rakifa,

          al ver sus hermosos terrenos desolados

          por el ímpetu y la furia del torrente.

          Al descubierto dejó sus tristes  letrinas,

          brotando sus perfumes malolientes. 

          Por Kosba, a rienda suelta, corría,

          mucho más violento que antes,

          derribando sin piedad, y a porfía,

          la enorme corpulencia de sus árboles. 

          Su orgullo era irresistible en Bsarma.

          Allí, ni las orejas de los jarros perdonó.

          Los coladores rodaron con las aguas,

          y las jarras en añicos convirtió. 

          En Kfarqahel55 los habitantes renegaban,

          y bien lo merecían por lo pecadores que son.

          El más sólido de sus muros derrumbaba,

          y ni rastros de sus ruinas les dejó. 

          Llegado el torrente a Dahr el Aain,

          Sin piedad sus dos orillas carcomió.

          Y las gentes compungidas exclamaban:¡ay!,

          nos golpea la terrible maldición de Dios. 

          En Abu Ali56 las olas alto se elevaban.

          La muerte allí muchos encontraron,

          y, por ende, sus bien construidas casas,

          por fuerza de su suerte abandonaron. 

          Al arribo del torrente a Al Mina,

          un ruido loco , en furia convertido,

          amenaza por doquier la ruina:

          era un visible de Dios castigo. 

          Enfureciéronse las aguas de la mar,

          los límites de la marea alta traspasaron,

          y si eso hubiera durado un poco más,

          en sus aguas ni un solo barco57 habría quedado. 

 

8-“La roca del santo” y la vaca 

     “Los hijos se repartieron la herencia de su padre. A José le correspondió la vaca que llevaba al campo58. “Yo solía llevar a pastar la vaca de mi padre, y la ordeñaba”59.”Y labraba, también, sus propiedades. Se aislaba siempre, lejos de los otros chicos de su edad que cuidaban rebaños. Desde su infancia evitaba frecuentar la gente, buscando siempre la soledad. Dejaba pastar su vaca y la vigilaba desde un lugar de propiedad de su familia, llamada la roca de “Al Bhaiss”60, a una media hora de la aldea. Allí encontró una roca parecida a una cueva61, “donde entraba, con su libro de oraciones en la mano. La frecuentaba tanto para aislarse, que la gente la llamó “la roca del santo”, nombre que se conserva hasta nuestros días62

     “Cuando la vaca se saciaba de comer hierba, la dejaba reposar, diciéndole: “Descansa tú, ahora, “Flor”, que me toca el turno a mí. Voy a orar63. “Entonces se ponía a rezar. Y aun cuando la vaca volvía a pastar, le decía:”No comiences, otra vez; espera que yo termine mi oración, pues yo no puedo hablar contigo y con Dios, al mismo tiempo. Dios es más importante64.”Y pasaba largo rato en la oración”65. “De ahí, la fama de santo, entre las gentes de pueblo, desde su juventud, fama que aumentó en la Orden. Cuando se separaba de los otros pastores, no era solamente por la oración, sino para evitar las conversaciones ociosas. Además, no perdía de vista la vaca, no fuera que hiciera daños en propiedades ajenas”66

 

9-El santo y la gruta 

     “Desde pequeño, Chárbel se inclinaba a la oración y a la adoración. En la iglesia hacía, todo erecto, la genuflexión. Rezaba en privado67, “y se iba, luego, a la gruta”68, para orar allí, lo que suscitaba la admiración y, algunas  veces, la burla de los compañeros”69. “Esta gruta, situada al sur de Bqaakafra, se llama, hasta hoy día, “la gruta del santo”70 “Era propiedad de la familia71. “Allí se refugiaba muy a menudo”72, “llevando un puñado de incienso que quemaba delante de la imagen de la Virgen María, a los pies de la cual depositaba un ramo de flores”73. “Sus grandes aficiones eran la oración, la misa, las procesiones, su evasión de la gente y su buena conducta, todo lo cual le valió el apodo de  “el santo”, por los muchachos de la aldea”74. “Al comienzo, fue a manera de buerla”75. “Después, Dios hizo realidad la predicción, haciéndolo santo”76

 

10-Las desgracias

       -Muerte de la “segunda madre” 

     “La esposa de Antonio Zaarur77 murió el 9 de septiembre de 1839, habiendo recibido los últimos sacramentos”78

     -Revolución contra los egipcios 

     “Dos  encontraron la muerte en los acontecimientos de 1840: Tobías Gabriel, fusilado en Aaïnata, y Miguel Al Bani, asesinado por el ejército de Abraham Bacga, el 4 de septiembre de 1840, en la montaña de Makmel”79

     -El cólera 

     “Antonio Elías murió atacado del cólera80, en Aïn Majal”, en una finca perteneciente a Mender, el 10 de enero de 1847”81.| 

     -Poesía82 

          “Brotad lágrimas de mis ojos,

          al llegar el ocaso de mi vida.

          Súbita la muerte me golpea,

          y mis párpados cierra con sevicia.

          Los míos me rechazaron con enojo.

          Para mis funerales trajeron sacerdotes,

          e, inerte, de tierra cubrieron mis despojos.

          Oh pecador, en el piélago sumergido,

          no eres más que una triste sombra

          que pasajera pasa por la vida.

          A tus puertas llamó ya la muerte.

          ¿De qué te sirvió la juventud vivida?”83 

 

11-Las alegrías

     -Matrimonio de su hermana Kauna 

     “Yo, el subscrito cura párroco, Benedicto, bendije el matrimonio de Antonio, hijo de Juan Nehme, con Kauna, hija de Antonio Zaarur, el 19 de marzo de 1845”84

     -Matrimonio de su hermano Juan 

     “Yo, el subscrito cura párroco, Antonio, bendije el matrimonio de Huan, hijo de Antonio Zaarur, Con Miriam, hija de Abu Elías Al Juri, el 3 de mayo de 1845”85

     -La hija de su hermano Juan 

     “A poco menos de una año, el 7 de abril de 1846, fue bautizada Galieh86, hija de Juan Zaarur, nacida a fines de marzo. Su padrino fue José Ben Miguel Pablo. Su madrina, la esposa de Antonio Nehne”87

 

 

B: Chárbel, el monje

1 - Los dos tíos maternos de Chárbel

“San Chárbel tenía dos tíos maternos: José y Antonio, hijos de Elías Al-Chidiac, que no tuvo más que hijos. Ambos entraron en la Orden. El primero tomó el nombre de Agustín y, el segundo, se llamó Daniel. Ambos fueron ermitaños en San Pablo, en Kozhaya. Yo, personalmente, visité el eremitorio para ver al Padre Daniel, que era el más joven, habiendo tomado el hábito primero que su hermano, el mayor, que se había quedado para cuidar de su padre, ya anciano y solo, en la casa. A la muerte de su padre, se juntó con el más joven, cumpliendo, así, dos obligaciones santas. Ambos fueron ermitaños virtuosos. En San Chárbel se cumplió el proverbio: “aunque el  niño cambie, a su tío materno se parece”88.  

     Los dos monjes nacieron en  Bcharri, en Jalidie, donde la familia pasaba el invierno. Daniel entró al noviciado, en el convento de San Antonio, en Hub. Pronunció sus votos el 29 de febrero de 183889, y allí permaneció hasta el 25 de septiembre del mismo año90. Fue ordenado sacerdote el 20 de junio de 184191. Después de su ordenación sacerdotal, fue trasladado, turnándose, entre Kfifane, al lado de San  Hardini, el 24 de agosto de 184192, y Maifuq, en 185193. Vivió con San Chárbel en Kfifane, y era el director espiritual de San Naamtallah Al Hardini94. Allí permaneció hasta el 1°de noviembre de 185995. Después vino al convento de Nuestra Señora de Maifuq, y allí permaneció hasta el 12 de noviembre de 186896.

     Agustín entró al noviciado en el convento de San Antonio de Kozhaya, pronunció los votos el 1° de julio de 1841, a la edad de 23 años97. Allí mismo adelantó sus estudios98. Fue ordenado sacerdote el 23 de marzo de 184799, y se quedó allí100, para ser removido, después, al convento de Nuestra Señora de Maifuq, en fecha ignorada. Su nombre figuró ya en el convento susodicho el 16 de septiembre de 1859101, para quedarse hasta el 12 de noviembre de 1868102. Antes de 1871103, los dos monjes fueron enviados al convento de Kozhaya, donde permanecieron hasta el 2 de noviembre de 1874104. Daniel entró en el eremitorio de Sam Pablo-Guebta,

perteneciente al convento. Y el 8 de febrero de 1875105, lo siguió su hermano Agustín. 

     “El Padre Agustín de Bcharri murió como ermitaño, habiendo recibido los últimos sacramentos. Murió, atacado de hidropesía, en olor de santidad, el 1° de noviembre de 1884”106

     El Padre Daniel de Bcharri murió también ermitaño, de ya muy avanzada  edad, recibidos los últimos sacramentos, el 23 de marzo de 1895”107. Virtuoso como era, entregó su alma al Creador, diciendo: “Mi deseo es desintegrarme para estar con Cristo”108

 

2-Camino hacia la Orden, en el convento de Kozhaya 

     “Oí decir a mi abuelo que su hermano, Chárbel, se quedó en la aldea hasta los 18 años; que no le entusiasmaban las diversiones ni la amistad con los demás jóvenes; que prefería buscar, siempre, la soledad y la oración y que iba con él, mi abuelo Juan, a visitar a los tíos. Una vez los tíos le pidieron a José que les trajera de Bcharri algo que ellos necesitaban. Entonces mi abuelo Juan les respondió: “Queridos tíos, se me antoja pensar que  José no volverá a casa si regresa donde ustedes”. “Dios lo quiera, respondió uno de ellos. Que entre en la Orden. ¿Qué hay en este mundo?”109

     “Un día, el Padre Daniel fue a Bqaakafra. Cuando quiso regresar al convento de Kozhaya, pidió a Juan Antonio Zaarur que le permitiera a su hermano José que lo acompañara. Juan respondió: “mi querido tío, mucho me temo que José se quede en el convento”. José acompañó a su tío. Ocho días después de su regreso, entró en la Orden”110

 

3-En el convento de Maifuq: sígueme (Mc.2,14) 

     “Un día, el Padre Daniel Al Chidiac fue a Bqaakafra. De regreso al convento de Nuestra Señora de Maifuq, llevó consigo a José, su sobrino, quien entró en el noviciado”111. “Es de saber que,  en aquella época, el noviciado era de tres años, y debía hacerse en un convento lejos de la región”112. “Nuestro joven entró en la Orden el 8 de agosto de 1851113, cambiando del nombre de José de Bqaakafra por el de Chárbel, después de haber pasado ocho días vestido de civil. 

     Después de tomar el hábito de la Orden, quitándose  el vestido mundano, abandona el cuerpo; y tomando el hábito monacal, opta por la vida del espíritu. Chárbel sabía bien que había abandonado un padre y una madre, según el cuerpo, y se había entregado a los padres114 espirituales115

     “Durante el período de noviciado cumplió, a la perfección, sus obligaciones, y se distinguió por la obediencia y el silencio”116.El  novicio debía guardar silencio”117. “Era feliz en su vocación. Su conducta era ejemplar en la observancia de la Regla y las Constituciones monásticas. Fue modelo de obediencia a los superiores y de caridad para con sus hermanos”118

 

4-No miró hacia atrás (Lc.9, 62) 

     “El primero que lo alcanzó fue su tío y tutor, Antonio; después, su mamá y, más tarde, sus hermanos Juan y Asunción, pues todos habían ido para impedir que entrara en la Orden, y devolverlo a casa. Él rehusó volver con ellos. Después fue su madre, Brígida, acompañada de su cuñado, Antonio Zaarur, quienes se presentaron en Maifuq, donde él hacía su noviciado, para suplicarle que volviera a la aldea. Su madre acechaba la salida de los novicios, cuando se dirigían al campo. Cuando lo vio entre ellos, corrió y le agarró la sotana. Mientras tanto, él miraba hacia el suelo. Ella le dijo:”vuelve conmigo a casa”. Él aprovechó un descuido de su mamá, se zafó de ella y se reunió con sus hermanos, los novicios. Como unas doce veces, ella y el tío Antonio, intentaron devolverlo a Bqaakafra”119 

     “Sucedió que, una vez, un hombre de Maifuq fue a Bqaakafra. Mi abuelo  le preguntó, delante de mí: “¿Has visto a nuestro monje en el convento de San Marón?” Él respondió: “¿A quién?”. Mi abuelo le dijo: “Al Padre Chárbel”. El hombre le contestó:” ¡Bienaventurado, bienaventurado! Cuando era todavía novicio en Maifuq, era para nosotros un regalo del Espíritu Santo. Cuando usaba la pica detrás del arador, sus ojos estaban clavados en tierra. No miraba a nadie, ni con ninguno hablaba”120

 

5-El nombre de Chárbel 

     Etimológicamente, Chárbel, nombre siríaco, se deriva de dos palabras: “Charb”, que quiere decir, “cuento o historia”; y “El”, que significa Dios. Chárbel significa, pues, cuento o historia de Dios. Ese nombre lo llevó un mártir siríaco que fue obispo de Edesa, hoy en Turquía. Fue crucificado en el año 121121. Muchos monjes de la Orden Libanesa Maronita llevan este nombre, como el Padre Chárbel Medlege, que fue elegido superior general entre 1784 – 1787122. Las ruinas de la iglesia de San Chárbel123 se encuentran aún en Bqufa, vecina de Baghlett, en Bcharri, parte de cuyas tierras pertenece a la familia Chidiac, que desciende de la madre de San Chárbel, y pudo haber sido propiedad de su abuelo materno, y haber tenido conocimiento de San Chárbel, que fue patrono de la iglesia en ruinas, y allí haber orado. 

 

6-No te entristezcas por José  (Lc.23,28) 

     “Cuando Brígida perdió toda esperanza del regreso de su hijo José a Bqaakafra, sintió tan grande tristeza que las consecuencias aparecieron en su cara. Pensaba todos los días en José. Después, acaecida la muerte de su hija Rosa, los habitantes del pueblo le decían: “No te aflijas tanto por José124. Ya Dios te ha probado bastante por  la muerte de tu hija Rosa, en plena juventud”125. Rosa falleció el 22 de noviembre de 1851, habiendo recibido los últimos sacramentos126.

 

7-Rosa, la piadosa 

     “Ponía  mucho fervor en la oración. Se arrodillaba rectamente y levantaba los brazos para el rezo del rosario, en una camándula larga que mantenía siempre en el bolsillo. Cuando los habitantes de la aldea la veían rezar, después de que se comprometió en matrimonio con Antonio Juan El Jaisssi, le decían: “tu rezo del rosario es largo. ¿Cuando te cases, crees que tu suegra te dejará rezarlo?” Ella respondía: “Pues que me muera, antes de entrar en su casa”. Efectivamente, su deseo se cumplió, pues murió virgen, apenas comprometida en matrimonio. A menudo repetía: “Señor, que el bien se realice y el mal se aleje. Prefiero morir antes de casarme, si este matrimonio no te agrada”. Dicen que su primo Antonio Pedro Zaarur vio salir una paloma de la ventana de la casa donde ella se confesó, antes de morir. Cuando su novio venía a visitarla, mientras ella estaba arrodillada, con los brazos extendidos, le decía a su sobrina, la hija de Juan: “Ponte detrás de mí, con los brazos extendidos, para ocultarme a su vista, a fin de terminar mi oración”127

 

8-Una aventura loca (Mt.18, 8-9) 

     “El superior general y su consejo prohibieron el trabajo común de monjes y mujeres en el proceso de los gusanos de seda, aun con detrimento de las rentas del convento”128.Por eso se tomó la costumbre en Maifuq, de enviar los novicios a pelar y deshojar las ramas de las moreras, mientras que las señoras y las muchachas trabajaban en otro sitio, alimentando los gusanos de seda. Sucedió que una de las muchachas que trabajaba en el convento, habiendo notado la decencia de Chárbel, que se distinguía de los otros, quiso hacerle una chanza. Desde lo alto donde ella estaba, le lanzó un gusano”129. Después bajó, recogió el gusano y se lo puso en la mano”130. “Esa misma noche abandonó el convento de Maifuq, y se fue al de San Marón, en Annaya, que está aislado y lejos de la civilización. Por eso se lee en los anales del convento de Maifuq, frente al nombre del hermano Chárbel, el término “fachaha” (colgó los hábitos)131. Pero cuando él contó al superior del convento de San Marón lo que había pasado, éste consultó al Abad General, a petición del novicio, pues no era costumbre admitir en un convento al que abandonaba otro, sin la autorización del Superior General. Pero el Abad General aprobó su admisión en el convento de Annaya132, para terminar allí su segundo año de noviciado133. 

   “Y se dice que abandonó  el convento de Maifuq  para entrar  en el de San Marón, en Annaya, a causa de los muchos habitantes alrededor del primer convento. La expresión “fachaha” molestó mucho a mi abuelo que, más tarde, supo la verdadera causa por la que abandonó a Maifuq. Fue movido por el deseo de alejarse de la gente”134, pues el convento de Annaya estaba más lejos de la gente de la aldea que Maifuq. Y, según la opinión de otros, fue porque en ese convento de San Marón, en Annaya, se encontraba uno de su aldea, el Padre Efrén135 de Bqaakafra”136

 

9-Tus palabras dan vida eterna (Jn.6, 68) 

     “Una vez, mientras los novicios salían del convento de San Marón para el trabajo del campo, su madre lo vio, pues acechaba su paso, se precipitó sobre él, lo agarró por la sotana, le insistió volver con ella a casa, creyendo que no tenía vocación para monje. Pero cuando se dio cuenta que sí la tenía, le dijo: “o te quedas y permaneces en la Orden para ser un buen monje, o vienes inmediatamente conmigo a casa”137. Chárbel le respondió: “tu deseo será cumplido”138

 

10-Mi carga es ligera (Mt.11, 30) 

     “El 1° de noviembre de 1853, los hermanos José Abdilli139 y Chárbel de Bqaakafra, ambos de 20 años, pronunciaron sus votos solemnes delante del superior Antonio Al Beni”140. “En esa época sólo se pronunciaban los votos solemnes”141.

11-Nos veremos en el  cielo (Mc.3, 31-35) 

     “Contó Brígida: “Fui una vez al convento de Annaya para verlo, después de sus votos solemnes. Le insistí que quería verlo, pero él no quiso hacerlo, cara a cara. Solamente me respondió con algunas palabras, desde adentro, mientras yo permanecía afuera. “¿Es, así, que me privas de verte, hijo mío?”142, le dije, extrañada de su reproche y comportamiento. Él me respondió: “Si no te veo ahora, nos veremos en el cielo”. Su mamá regresó a casa triste y bañada en lágrimas”143

     “No hablaba con la gente, así fueran parientes u otros. Si eran mujeres las que querían verlo, él se las arreglaba ante el superior u otros para que no lo obligaran a recibirlas. Pero si lo obligaban a hacerlo, se guardaba muy bien de mirarlas a la cara, y siendo muy breve con ellas”144, pues “se han de evitar las mujeres, aun si son de la familia”145, dicen las Constituciones. 

 

12-Yo los aliviaré  (Mt.11, 28 

     “Estaba muy apegado a sus votos y a sus obligaciones. Nunca recibió ni el más mínimo reproche en toda su vida. Todo en él era perfecto: en sus trabajos, en su comportamiento, en su aspecto que inspiraba el respeto y la piedad”146. “No conoció la tibieza, ni al final de su vida. Al contrario, avanzaba más en bondad, fervor y piedad”147. “Practicó todas las virtudes, de tal manera que aventajaba a todo mundo y a los mismos monjes. Las vivió firme y continuamente, sin debilidad ni desmayo, con prontitud y alegría”148. “No tenía otro deseo que no fuera el pensar en Dios, ni más lengua que para hablar del  Él, ni más voz que para bendecirlo”149

“Era un monje proverbialmente ejemplar en la observancia de la Regla y en el cumplimiento de sus obligaciones, de tal manera que cuando alguien le pedía un favor difícil a otro, éste le respondía: ¿Es que tú crees que yo soy el Padre Chárbel para que me pidas eso? No puedo vivir ni trabajar como él”150. Y nosotros, los laicos, cuando veíamos al Padre Chárbel  en su invariable forma de arrodillarse, en su silencio continuo, en sus constantes oraciones, en su recogimiento en la misa, en el trabajo duro, como si fuera el más desdeñable de los peones, en su vestimenta pobre, despreciando las cosas de esta vida, nos decíamos: “Dichoso él”. Este monje vivió como los santos y los ermitaños antiguos de que nos habla el martirologio. Y se reforzaba nuestra fe, reprochándonos nuestro apego a este mundo pasajero”151

 

13-El ermitaño Eliseo, director espiritual de Chárbel 

     Eliseo, el santo, descubrió el carisma del Chárbel, cuando lo conoció, como novicio, en Annaya. Parece que Chárbel, desde el principio de su vida monástica, frecuentaba al ermitaño Eliseo, en su eremitorio, “para tenerlo como director espiritual”152

     Después de los votos solemnes, parece que se decidieron dejar a Chárbel y al hermano José Abdilli como hermanos legos, y no como estudiantes de teología. “Chárbel se quedó tres años en Annaya”153

     Después de que el Vaticano nombró a los directores de la Orden, entre otros, a San Naamtallah Al Hardini, como consejero general, es muy probable que el ermitaño Eliseo haya pedido a su hermano que enviara a Chárbel al convento de Kfifane para estudiar teología y aspirar al sacerdocio154, habiendo visto en él, inspirado, un sacerdote santo.

 

14-Chárbel, alumno de San Naamtallah Al  Hardini 

     “Fue elegido para abrazar el santo estado sacerdotal”155. Sus superiores lo enviaron al instituto de teología de San Cipriano, en Kfifane, para hacer los estudios necesarios del sacerdocio. Por ése, entonces, el Padre Naamtallah Al Kafri156, hombre de bondad y de ciencia, era el encargado del instituto. En ese ambiente de ciencia y de santidad, el hermano Chárbel encontró lo que anhelaba: desplegar sus esfuerzos y su asiduidad por asimilar, lo mejor posible, el estudio de la teología moral y dogmática, como también las lenguas árabe y siríaca, pero adquiriendo otra ciencia mejor: las virtudes monásticas y la perfección cristiana”157. “Cuando el Padre Al Kafri tenía que ausentarse, era el Padre Naamtallah Al  Hardini quien ocupaba su lugar”158.

     “Era uno de los mejores alumnos”159  “y de los más brillantes estudiantes”160, “inteligente y excelente en teología moral”161, lo mismo que en teología dogmática. Supe esto en mis charlas con alguien que elogiaba sus virtudes, durante la “Positio” de la causa de canonización del Padre Chárbel. Y cuando yo le objetaba, diciendo:”puede ser que pareciera virtuoso a causa de su simplicidad y de su educación pueblerina”, me respondía, con firmeza, que Chárbel nunca fue un bobalicón, sino un muchacho de viva inteligencia, superando a otros en ciencia y conocimientos teológicos, en cuanto lo permitían las circunstancias  de la época”162.

     “Sus superiores y profesores testimonian plena satisfacción con respecto a él, alabando sus virtudes y su perfecto comportamiento monástico”163, “de tal manera que jamás recibió amonestación alguna o castigo. Pasaba por ser un buen ejemplo para todos”164. “Se arrodillaba siempre en el mismo lugar. En la iglesia no había bancos ni reclinatorios. Su genuflexión sola hablaba perfectamente de su recogimiento, hasta el punto que los otros estudiantes también se recogían al ver semejante actitud”165. Todo eso los incitaba a llamarlo el “santo”166. “Al Hardini dijo de él: “tengo un estudiante santo. Es el hermano Chárbel de Bqakafra”167.”Chárbel estaba presente cuando acaeció la muerte de Al Hardini”168

15-Madre piadosa169

     “Algunas mujeres de Bqaakafra trabajaban con los capullos de gusanos de seda y en la rueca, para confeccionar camisas. Cuando Brígida, la mamá de Chárbel, escuchaba la campana que invitaba a la oración, la víspera del domingo, abandonaba su trabajo para participar en la oración; y no volvía a su trabajo hasta el lunes siguiente. Tenía la costumbre, diariamente, de no probar alimento alguno hasta el medio día, hábito que mantuvo hasta el fin de su vida. Y, por un voto que había hecho, se abstenía, también, de producto de animal. De vez en cuando, iba al convento de los carmelitas de Bcharri a confesarse. Comunicó a su confesor sobre su voto de ayunar diariamente y de abstenerse de comida proveniente de animal, durante toda su vida. Su padre espiritual le autorizó el ayuno, pero no la abstención de carne, diciéndole: “tú estás obligada a comer de la carne que preparas para tu familia, pues no puedes hacer dos clases de alimentos. Oblígate a comer. Más bien, reza, todos los días, un rosario”170

16-Servir, y no ser servido (Mc.19, 45)

      “El 22 de julio de 1859 recibieron las órdenes menores, de  acolitado y lectorado, a los pies del altar de San Cipriano, en Kfifane, los hermanos Atanasio, de Tula; Chárbel, de Bqaakafra; Iklinos Aldaruni y José Aldaruni, monjes de la Orden Libanesa Maronita. Al día siguiente, recibieron las órdenes mayores: diaconado y sacerdocio, en la iglesia de Bkerke”171, ordenación conferida por la imposición de manos del obispo José Al Marid”172

17-No hay retorno a Bqaakafra

     “Después de su ordenación sacerdotal, Rosa, su sobrina, vino, acompañada de algunos familiares, para felicitarlo y para pedirle, insistentemente, que viniera a su aldea para celebrar una misa. Y él respondió: “El monje que, habiendo entrado  al convento, vuelva a su aldea, deberá hacer, de nuevo, su noviciado”173. “En efecto, después que dejó a Bqaakafra, para entrar en la Orden, nunca más volvió a ella”174. “Durante todo el tiempo que pasó con los monjes en el convento, fue un ejemplo de obediencia, castidad y pobreza”175, “superando, en eso. a los otros monjes”176

18-En el convento de Santiago Al Hosson

     “Después de haber terminado sus estudios y haberse ordenado sacerdote, lo enviaron al convento de Santiago Al Hosson177, en la localidad de Batrún, donde pasó un tiempo consagrado a la vida eremítica, ascética y de oración”178. El 30 de septiembre de 1859, el Padre Chárbel y la comunidad  eligieron al Padre Juan, de Bqaakafra, como delegado al Capítulo general”179,180. “Poco después”181, muy probablemente, el padre Eliseo lo habría pedido, de nuevo, para Annaya, a fin de aprovechar sus dones, aconsejarlo e intimar con él182.

     El Padre Daniel Al Hadassi183, hombre de Dios, vivía en ese convento, del  que llegó a ser superior entre los años 1845-1847, y el período 1853-1856184. Fue él quien comenzó la construcción de la iglesia185, en la cual, probablemente, colaboraría Chárbel. 

19-En el convento de Annaya

     “En 1820, la Orden construyó algunas celdas y una capilla en un sitio (Al Hara) aireado”186.”En 1828, se tomó la decisión de construir el convento de Annaya”187, a pesar de los daños causados por la armada de Abraham Pacha y la resistencia de los chiítas188. En efecto, “los trabajos comenzaron el 8 de mayo de 1839, construyendo pozos, los sótanos y la iglesia. El 20 de octubre de 1841 finalizaron los trabajos”189. Así, pues, Chárbel  fue trasladado a Annaya, bajo obediencia”190, y su nombre figuró191 ya en Annaya, en los  consejos locales y en las elecciones de delegados de los conventos de los años 1868192,1871193, 1874194. Y él trabajaba con los novicios”195

20-El milagro de 1865

     “En 1865, las langostas invadieron la región de Batrún. El gobierno no hizo nada para solucionar el problema”196.”En vano se esforzaron los monjes para ahuyentarlas”197. Entonces, “el Padre Roque, de Mechmeche, superior del convento, mandó al  padre Chárbel a bendecir agua y asperjar las propiedades del convento, a fin de impedir que las langostas acabaran con las cosechas y los árboles. Chárbel caminaba por los campos, asperjando y dirigiéndose a las langostas, diciendo: “comed, benditas, las cosas silvestres, y no las comestibles”. Así, Dios protegió los sembrados y las moreras del convento, de los perjuicios que causan las langostas”199

 

C: Chárbel, ermitaño

1- La entronización de Chárbel en el eremitorio

En 1798, los hijos de Abu Ramia, Pedro y sus hermanos, de Ehmej, se posesionaron de su propiedad, llamada “Al Muruy (los prados), de los dignatarios de la familia Melhem, según un título de venta que le dio el convento de la Transfiguración, situado en el Monte Tabor, y que los chiítas llaman “Nabi Rass” (cabeza de profeta). Los hijos de Abu Ramia ofrecieron los susodichos terrenos, a su vez, a su hermano José200, y, con la gente de la aldea, le ayudaron a construir la iglesia de San Pedro y San Pablo. José había dejado el mundo para vestir el hábito monacal de la Orden de los Adoradores, de mano del Patriarca Juan Al Helu. Cuatro años después, David entra en esa misma Orden, y es ordenado sacerdote. En 1814, ambos entran en la Orden Libanesa Maronita, y donan las propiedades a su nueva Orden”201.Inmediatamente, el convento de San Pero y San Pablo se convirtió en eremitorio, el año 1828”202.

     El eremitorio está situado en una colina, a la altura de 1378 metros, sobre el nivel del mar. Edificado de un solo piso con dos pabellones, a oriente y a occidente. Cada uno comprende tres celdas, techadas con listones de madera. El techo de la iglesia es de piedra, de forma abovedada. Hay dos hornacinas, a derecha e izquierda del altar. Hay otra hornacina en la pared occidental y, al sur, una ventana con vidrieras. El altar está levantado adyacente a la pared oriental, consagrado a los patronos del eremitorio, los santos Pedro y Pablo, cuya imagen se suspende en lo más alto del vértice. El piso de la iglesia está embaldosado  de piedras sencillas. El coro, elevado unos 25 centímetros, está cubierto de losas de piedra de la montaña. El altar es de madera sencilla. Cuando uno entra, se puede ver, a la izquierda, un nicho, practicado en el muro, donde está el vaso de aceite encendido del Santísimo Sacramento. En la pared occidental, la puerta común de acceso a la iglesia, exterior al eremitorio, por donde pueden entrar los visitantes.

     “El corredor, que separa la iglesia de las celdas, termina en un pórtico que da al norte, abierto por una arcada. Al oriente, se encuentra el acceso a la cocina del eremitorio. Un muro la separa de una pieza oscura y triste, que sirve de depósito de leña para el invierno. Hay, también, un pozo que recoge las aguas de la lluvia. La iglesia está construida con piedras talladas, mientras que las del eremitorio son toscas, rodeada de una muralla que se eleva a una altura desigual de dos a tres metros. Está expuesta a tempestades y rayos. Raros son los eremitorios que se le asemejan, sobre las cimas de montañas habitadas del Líbano”203.

 

2-Su primer anacoreta

     El primer ermitaño de nuestra Orden fue el padre Eliseo Al Hardini, un hombre de Dios. Obtuvo el permiso del padre Ignacio Blaibel, entonces superior general, el 29 de noviembre de 1829. Al comienzo, vivió en el eremitorio de Kozhaya, durante unos seis meses. Después, por orden de los superiores, fue trasladado al de San Marón, en Annaya, donde permaneció 44 años y medio”204.”Amaba el trabajo manual. Fue él quien embaldosó el eremitorio, trayendo, él mismo, al hombro, las losas, desde un lugar lejano. Fue él quien, también, plantó el viñedo, al oriente del eremitorio, después de haber cortado los árboles, limpiado y arado la tierra.205. Dios hizo milagros por su intercesión”206.

 

3-Opinión de dos  profesores de Chárbel, a propósito del anacoretismo

     Una vez, San Naamtallah Al Hardini, visitó a su hermano, el anacoreta Eliseo. En la conversación, dijo el padre Eliseo: “Es mucho mejor, y más conveniente, abandonar la vida del convento”207, “para vivir en el eremitorio conmigo”208, “donde pasarías el resto de tu vida en calma y tranquilidad, lejos de todo ruido, en la oración y con un espíritu sosegado y sereno”209. “Pasaríamos nuestras vidas juntos”210, y tú vivirías en paz y tranquilo”211 “El padre Naamtallah le respondió: “Los que luchan en la vida comunitaria”212,”junto con los monjes, tienen una gran recompensa”213  y mucho más mérito”214. “Allí hay que soportar, ser paciente, doblegar su propia voluntad, aceptar las flaquezas de los débiles. Los maestros de espiritualidad consideran la vida comunitaria como un martirio perpetuo, donde el monje no debe hacer lo que le plazca ni lo que le convenga a su temperamento y a su modo de ser. Sobre todo, debe procurar no herir ni entristecer a sus cohermanos; debe controlar con atención su comportamiento para no escandalizarlos. Éstas son las obligaciones del monje, hermano. En cambio, el ermitaño está solo, ahorrándose las tentaciones del mundo exterior; pasa su tiempo en la oración, en este surco de la viña del Señor”215, “y vive a su antojo; mientras que, en el convento, el monje vive bajo la obediencia. Además, al ermitaño no hay quien lo provoque  ni moleste. En cambio, en la comunidad uno está siempre expuesto a ello. Por otra parte, en el convento todo aquel que se dedique a la práctica de la virtud, da el buen ejemplo a los demás”216. “No obastante, debo decir: cada uno tiene su vocación, pues no todos son iguales: quien para la oración, quien para la vida de comunidad”217. En cuanto a mí, ésta es la vocación que yo abracé, desde hace mucho tiempo”218.

 

4-La situación de la Orden, poco antes de la entrada de Chárbel al eremitorio

     Después del Capítulo general de 1832, durante el cual intervino el patriarca maronita para nombrar superior general al hombre de Dios, el padre Benito  Hulel219, comenzó a aparecer cierto espíritu de clanes, hecho que, más tarde, se convirtió en regionalismo221. Aunque, conservando algo el espíritu monástico, esta tendencia al regionalismo fue creciendo. Los conventos de Biblos y del norte hicieron causa común entre los monjes de las dos regiones, hasta la designación del padre Efrén Yaya como superior general, en 1862.

 

5-Mandato del  superior general, Efrén Yaya.

     El superior general era partidario de la pertenencia a la región222. Procedió a trasladar a casi todos los monjes del norte de la región de Biblos223, para fundar el convento de San Simón Al Qarn y la escuela de Ban, al norte224. Abdicó como superior, y dejó la administración general en Tamich, para quedarse él, el mayor tiempo posible, en el convento de Kozhaya  y en el de San Simón Al Qarn225, en el norte.

 

6-El convento de Annaya, hasta el ingreso de Chárbel en el eremitorio

   Los monjes de Biblos, en especial los de Mechmeche226,se encargaron de la administración del convento de Annaya, y comenzaron a restarle importancia al ermitaño, el padre Eliseo Al Hardini, que era casi un superior en su eremitorio y un excelente administrador. El patriarca maronita propuso su nombre al superior general, en 1856227,para  solucionar el conflicto entre los dos bandos enemigos, dentro de la Orden, en aquel tiempo, ya que era uno de los monjes más célebres en ciencia, en virtud y en lo tocante a administración228. Él invirtió los ingresos de las promesas del eremitorio en la compra de 50 lotes de tierra, y la aceptación de 7 terrenos, ofrecidos como votos, entre los años 1833 y 1870229, excepto los terrenos vendidos después de su muerte230.Después de 1870, fecha en que compró el último terreno, estalló un disputa entre él y el padre Roque de Mechmeche, superior del convento de Annaya, malentendido que debió continuar con el nuevo superior, el padre Abdel Massih231, apoyado por los padres Roque y Antonio de Mechmeche. Ellos enviaron una pandilla que golpearon e hirieron al hermano Abdallah Al Bany232que ayudaba al ermitaño. Después de este incidente, el superior general intervino, pidiéndole al ermitaño que dejara la administración de las propiedades. Pero los monjes, queriendo acapararlo todo, enviaron al padre Antonio de Mechmeche a que arrebatara, a la fuerza, las cabras al pastor. El ermitaño envió una carta al patriarca, pidiéndole que, por las entrañas de Cristo, lo socorriera233.

 

7-Eliseo pide a Chárbel, con la audacia de los santos

     Aunque la adhesión a la región agrupó a los monjes de la Orden en cinco grandes grupos, cada uno de ellos se formó de un pequeño equipo que los uniera por el parentesco de sangre y, en especial, por la pertenencia al mismo pueblo234 y los mismos intereses235. Eliseo, santo como era, que amaba su Orden, y que lamentó mucho lo que allí pasó, se interesó por el convento de Annaya y los de la Orden. No se fue al norte para huir de la persecución. Más bien, al contrario, pidió al superior general, el padre Efrén Yaya, quien respetaba al ermitaño por sus virtudes, su administración y por ser el hermano del “Santo de Kfifane”, para que le dejara al padre Chárbel, demanda que tuvo éxito, dejando, así, al padre Chárbel, sin trasladarlo al norte. El padre Eliseo hizo, también el mismo pedido al superior del convento, el padre Roque de Mechmeche que, en principio, se negó. Después, por el milagro de Chárbel con la lámpara de aceite226, probablemente en 1869, accedió a su demanda. “El padre Chárbel fue inmediatamente trasladado”237 para suceder, oficialmente, al padre Eliseo, en la víspera de su muerte y entierro, para llegar a ser, un día, dos colosales, dos marcas de santidad.

 

8-Agua en la lámpara de aceite

     “Cuando estaba en el convento, durante el tiempo del padre Roque de Mechmeche, Chárbel trabajaba en el  campo como el último de los peones. Un atardecer, encerró las cabras”238, durante el tiempo de la siega, cuando un grupo de segadores voluntarios comían en el convento. Los sirvientes se afanaban en poner las mesas, y el encargado de la despensa en servir a los segadores”239. Fue en  ese momento cuando vino el padre Chárbel a pedirle, delante de todo el mundo, que le llenara de aceite la lámpara. El dispensario gruñó, diciéndole: “¿Por qué no vino durante el día?” Él le respondió: “Porque estaba en el campo”. El dispensario rearguyó: “como penitencia, no te daré aceite esta noche. Vete de aquí”. Él obedeció y se fue a su celda”240. Pero los sirvientes le obstruyeron el  paso, atravesando un enorme banco. El padre Chárbel tropezó y cayó por tierra, sin quejarse”241. “Sebastián, trabajador del convento, que apenas tenía 13 años242, lo alcanzó y le pidió la lámpara so pretexto de llenársela de aceite. Pero, en realidad”243, le echó agua de una caneca de lata donde mezclaban ceniza con agua”244. “El padre Chárbel tomó la lámpara, la encendió, y alumbró”245. “En ausencia del padre Chárbel, habían prohibido gastar aceite”246, orden dada por el padre superior, en privado, al encargado de la despensa”247. Los monjes no debían utilizar sus lámparas después del toque de la campana para dormir. Durante la noche, el superior se levantó, por alguna necesidad. Al salir, vio una luz”248, y se dirigió hacia la celda del padre Chárbel, que estaba iluminada. Le dijo: “¿Fue que no oyó la campana? ¿Acaso no hizo voto de pobreza?” Al instante, el padre Chárbel se arrodilló, y le pidió perdón, diciéndoles: “volví del campo, y tenía que cumplir con mis oraciones”249.”Además, yo no estaba al tanto de esta prohibición”. Sebastián, que estaba junto a la celda”250, dijo al padre superior: “Yo quise llenarle de aceite la lámpara al padre Chárbel, pero el encargado de la despensa no quiso dármelo. Al volver, vi la caneca del agua y la ceniza, y se la llené de esa agua”. “El superior la abrió, la vació, y comprobó que, efectivamente, era agua. Entonces no pudo ocultar su emoción y se puso a contar lo sucedido, hecho que se difundió en todo el convento”251.

     “Por la mañana, el superior llamó al padre Chárbel, y le dijo: “Si quiere ir al eremitorio para ayudar a los ermitaños, no hay ningún inconveniente”. “El padre Chárbel le respondió: “Hay una gran diferencia entre mi deseo y una orden del superior. Si usted me lo manda, obedezco y voy”. “El superior le dijo: “Vaya”. El padre Chárbel se arrodilló y le pidió su bendición. El superior recitó una oración y lo bendijo. Se levantó, expresándole su gratitud, recogió sus libros de espiritualidad y los del oficio divino, los envolvió en un colchón, ató todo con una cuerda, se echó el bulto a la espalda, entró a la iglesia para visitar al Santísimo, y se dirigió hacia el eremitorio”252.

 

9-¿Por qué lo enviaron al eremitorio?

     “El padre Chárbel sentía un vivo deseo de retirarse del mundo. Esta tendencia se hizo más clarividente después de su ordenación sacerdotal. Su demanda no fue en el sentido de que lo dispensaran del trabajo manual, cosa que hacía ya desde antes de ser sacerdote. Su presencia en este convento campestre, lejos de todo poblado, no fue porque él lo pidiera, sino por orden de los superiores. Él cumplía la misma disciplina de todos los monjes que, después del oficio divino, en el coro, y la meditación, se iban a trabajar al campo, como lo hacían los antiguos monjes.

     Pero, puesto que, en esos últimos tiempos, era menos frecuente ver trabajar a los monjes en el campo, por la necesidad de su presencia en las parroquias, la asiduidad del padre Chárbel de permanecer, ya en el convento, ya en el campo, era una cosa rara que reflejaba su convicción de vivir esta clase de vida. Yo creo que su amor por el silencio y su preferencia por evitar el trato, no sólo con la gente, sino, también, con sus hermanos, sin él pedirlo, decidió a los superiores a satisfacer sus deseos, pues ellos realizaban su pasión por la pobreza absoluta y las raras y duras mortificaciones a las que se sometía. Lo dejaban en el convento, sin confiarle ministerios parroquiales”253, “para no distraerlo en sus reflexiones sublimes, y quedar, así, sosegado, en el convento, para dar el buen ejemplo en la oración, en la misa, en el trabajo, en las charlas teológicas y, algunas veces, oír confesiones de hombres”254. “Lo enviaron al eremitorio cuando vieron que él vivía como ermitaño, antes de entrar en él”255. Su vida como anacoreta, en el eremitorio, no fue sino la prolongación de su vida comunitaria en el convento, después de su noviciado. No había ninguna diferencia. Con razón lo han llamado “milagro de anacoretas”256.

     “En el convento llevó una vida de ermitaño. Nunca le oí decir: “estoy cansado; tengo hambre; tengo sed”257. “Después de su ingreso en la Orden, vivió como ermitaño”258, “pues su vida en el convento era la de un ermitaño”259. “Cuando se enroló como anacoreta, lo hizo por obediencia a sus superiores, y no porque él lo pidiera, pues no tenía preferencias particulares. Ya llevaba vida eremítica dentro del convento. Sus méritos como ermitaño no eran mayores de los que tenía en el convento”260.

     Por otra parte, sus cohermanos no podían soportar su santidad, “pues, por su ejemplo, monjes y ermitaños, tradicionalistas o no, sentían como un reproche. Así, si alguno de ellos tenía ganas de comerse una uva, con sólo ver al padre Chárbel se sentía avergonzado, y la volvía a tirar”261.

 

10-Atyudante del padre Eliseo

     “Fue el ermitaño, Eliseo Al Hardini, quien pidió la admisión  del padre Chárbel en el eremitorio, al que fue admitido de inmediao”262.”Después de mi toma de hábito monacal263, me enviaron al convento de Annaya, cuando ya el padre Chárbel se había ido para el eremitorio. Allí ayudaba al padre Eliseo y a otro ermitaño”264.”En su trabajo era siempre obediente y, en particular, al padre Eliseo Al Hardini”265. ”El padre Chárbel ayudaba a sus hermanos ermitaños”266, en especial, al padre Eliseo, a quien le llevaba la comida del convento, el agua, y le ayudaba la misa. Algunas veces, volvía al convento para decir su misa, pues no siempre había alguien en el eremitorio para que se la ayudase. Así permaneció durante seis años”167.

 

11-Les bendijo la jarra de agua

     “Antes del ingreso del padre Simeón de Ehmej a la Orden268, las langostas invadieron toda la región. Vinieron los habitantes de Ehmej donde el Padre Chárbel para que le bendijera agua para asperjar sus viñedos y sus campos, a fin de preservarlos del daño que causaban. Habiendo bendecido agua, fue el padre Simeón, en persona, quien llevó y roció los viñedos cercanos al eremitorio. Las langostas su fueron, y los viñedos crecieron bella y perfectamente”269.

 

12-El padre Eliseo recomienda al padre Chárbel para ser su sucesor

   “Después de 44 años y medio, pasados en el eremitorio de Annaya, murió el padre Eliseo, por achaques de la edad, el 13 de febrero de 1875, a la edad de 76 años, fortalecido con los últimos sacramentos. Permaneció consciente hasta el postrer  momento de su vida. Fue sepultado en un ataúd de madera, el domingo 14 de febrero, a las ocho de la mañana, en el cementerio del convento de San Marón. Mucha gente concurrió y participó en sus funerales”270.El entonces superior, Elías de Mechmeche, admitió271 al padre Chárbel, oficialmente, como ermitaño272, con el padre Libaos273Al Ramaty, cumpliéndose, así, la realización de sus deseos”274.

 

13-Chárbel transgrede las preocupaciones económicas del Padre Eliseo

     “Según la costumbre de los ermitaños, antes de él, no era permitido cortar leña en los bosques del eremitorio, cercanos al convento, prefiriendo ir más lejos, en los lugares abandonados. El padre Chárbel violó esta costumbre de sus antecesores, dejando el asunto al buen saber y prudencia del superior. Durante toda su vida se sometió a una obediencia ciega. Y lo mismo pasaba con la cuestión de recoger las donaciones y las cosas por el estilo, para comprar terrenos  en provecho del convento. El padre Chárbel las entregaba al trabajador para que éste las llevara al superior. Él dispondría de ellas como lo creyera conveniente, sin dar razón, convencido de que su decisión sería, por excelencia, la mejror”275.

 

14-Muerte de la mamá de Chárbel276

     “El 2 de junio de 1875, la esposa del cura párroco, Abdel Ahad Majluf, entregó su alma al Creador, en la fe de la verdadera Iglesia de Cristo, habiendo recibido los últimos sacramentos, y en la presencia del padre José Majluf. Ella pertenecía a la cofradía de la Inmaculada Concepción. Fue sepultada en el cementerio”277.

 

15-Una luna entre las estrellas

     “Su vida de ermitaño no difería de la que llevaba en el convento. Sólo que seguía la Regla de los ermitaños”278.. Nunca faltó a la más mínima obligación de los ermitaños”279. Aprovechó la ocasión de responder a su más vivo deseo de ir más allá, en el ascetismo y la mortificación, contentándose con una sola comida al día”280; “aún sobrepasando la Regla, para más penitencia, llevando el cilicio y el cinturón de púas de hierro sobre su cuerpo, claro está, con el permiso281 de los superiores”282. Él  era ermitaño. Nunca vi, en toda mi vida, un anacoreta que le igualara en la virtud y en la observancia de la Regla, ni tampoco entre los monjes piadosos”283. “Superó a todos los ermitaños”284 “porque él era como la luna entre las estrellas”285. “Un ermitaño excelente, más que los mejores monjes y común de las gentes, algo así como se distingue el roble grande del cardo”286. “Su vida fue angelical y celestial”287. “Se encarnaban en él la pureza, la seriedad, la fe viva y el amor a Dios y al prójimo. En él relucían los tres votos monásticos, en fondo y en forma. Para nosotros, y para los que lo conocieron, no tenemos la menor duda con respecto a su santidad”288.

 

16-Siervo de los ermitaños (Jn.13, 14)

     “El padre Macario de Mechmeche289 entró en el eremitorio de Annaya, el 25 de abril de l880, con la autorización del padre general, Martín de Gosta”290. El padre Chárbel, entonces, iba al convento para prepararles a los otros dos ermitaños, los padres Macario y Libaos, su comida y bebida”291 “para una semana. La metía en un talego de piel de cabra, y se la echaba a la espalda”292, “pues él les servía”293, “y se consideraba como el sirviente de su compañero ermitaño, el padre Macario de Mechmeche”294.

 

17-Regrea al eremitorio

     “El padre Chárbel estaba encargado de vigilar el huerto, sembrado de pepino cohombro, y protegerlo de los chacales. Un día, por la mañana, el padre Macario vio que el huerto había sido arrasado. Regañó al padre Chárbel por su negligencia, a lo que él respondió: “Vi que los  chacales chiquitos tenían hambre. Me dio lástima, y los dejé comer”. El padre Macario, exasperado, le dijo: “váyase a dormir al convento”295. Llegó tarde”296, “entró en su celda, todavía desocupada. La lámpara, no utilizada desde hacía años, estaba, también, vacía”297. “Fue donde el cocinero  para que se la llenara de aceite. Éste le respondió: “El despensero se fue, y no tengo aceite”. Le suplicó que le diera, aunque fuera un poquito, nada más. El cocinero cogió la lámpara, la llenó de agua y se la devolvió”298. “Y, ¡toma!, la lámpara alumbró, y por más largo rato que si fuera aceite. Yo me aseguré después con los que la habían llenado299  de agua”300.”Después de ausentarse por dos horas, el despensero, el hermano Francisco, entró a la celda del padre Chárbel, al observar la lámpara encendida. Se acercó, la examinó, y encontró agua en ella. El hermano se asustó, sin atreverse a decirle nada”301. “Delante de mí, le contó al padre Elías de Mechmeche: “Se encontró agua,  en lugar de aceite, en la lámpara del padre Chárbel, y la lámpara alumbró. Yo mismo la examiné, y encontré agua”302. Después del milagro de la lámpara, el superior ordenó al padre Chárbel que regresara al eremitorio, del que lo había echado el padre Macario”303

 

      Referencias
  4        P. Antonio Chibli, Causa de canonización de Chárbel, 1955. Pag.228.

5        Rosa Majluf, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p.288.

6        Bachir II Alchehabi, el Grande.

7        Una aldea situada en Zgarta y Trípoli.

8        Ermitaño de Annaya, p.10.

9        Era la costumbre de los párrocos de Bqaakafra de inscribir en un registro, señalando el año una sola vez, y para no repetirlo, decían:”En el mismo año”. De donde Chibli dedujo que la muerte tuvo lugar en 1831, refiriéndose a la fecha del año siguiente de 1832; pero puede ser que el deceso haya tenido lugar entre 1831 y 1833, antes del matrimonio de su madre, pues la confusión de fechas en el registro de Bqaakafra era una cosa habitual.

10    Registro No. 1, Bqaakafra, antes de la numeración, primera página rasgada.

11    Rosa Majluf, Causa de la canonización de Chárbel, 1955, p.288.

12    Testimonio de Ida, Aziz Chidiac y Habib Aarida.

13    Ebrio de Dios, p. 44

14    Padre Pablo Majluf, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 121.

15    Ver registro No. 1, Bqaakafra comienzo del registro de matrimonios y decesos.

16    Chibli dio su testimonio después de unos 35 años de averiguaciones. En su libro Ermitaño de Annaya, no menciona las fechas de bautismo de sus hermanos. No obstante, tuvo en cuenta el deceso de su padre y el nuevo matrimonio de su madre porque los encontró. Pero a propósito de las fechas de bautismo de sus hermanos, es imposible, pues el registro comenzó en 1830. Por otra parte, según Chibli, José, que es el  quinto hijo, nació en 1828. Entonces, ¿cómo podría encontrar la fecha de su bautismo? Sólo queda pensar que Chibli lo olvidó.

17    Padre Antonio Chibli, Causa de la canonización de Chárbel, 1955, p. 228.

18    Ebrio de Dios, p. 44.

19    Diario de Annaya, p. 8; Al Tannuri, p. 1; Rosa Majluf, Causa de la canonización de Chárbel, 1955, p. 256.

20    Registro No. 1, Bqaakafra, p. 8.

21    Registro No. 1 Bqaakafra, p. 2.

22    Ermitaño de Annaya, p11.

23    Registro No. 1, Bqaakafra, matrimonios y decesos.

24    Hasta el 25/10/1845, registro No.1, Bqaakafra, p.25S, se llamó siempre Lahud Abraham; el 23/4/1851, Antonio (que era el hijo mayor de Lahud), tomó el nombre de Antonio Al-Juri Abdel Ahad, registro No. 1, Bqaakafra, p. 28, lo que quiere decir que su ordenación tuvo lugar entre las dos fechas.

25    Ermitaño de Annaya, p. 11.

26    No se menciona para nada al padre Abdel Ahad en el registro de Bqaakafra,, ni en el de los bautismos, matrimonios y decesos, a excepción de tres decesos en la localidad de Baalbek que él no presidió (registro No.1,Bqaakafra, matrimonios y decesos, p.113; parece que fue nombrado cura párroco de los habitantes originarios de Bqaakafra, resientes de Baalbek, es decir, Deil Ahmar y aldeas vecinas.

27    Puede ser que su nuevo marido haya trabajado en Baalbek antes de su ordenación sacerdotal, al menos en invierno. Así se explica que el bautismo de dos hijos haya sido en Bqaakafra y por lo que no se haya mencionado el de su hija. Lo que llama la atención es que no haya estado presente cuando la muerte de su esposo.

28    Testimonio de Artemio Nakad, de 96 años, manifestado a nosotros, en junio de 2006, en Bqaakafra. Hasta nuestros días, la familia Zaaëter vive en Deir Al Aahmar, localidad que limita con  Chlifa. Son de la familia Majluf, de Bqaakafra.

29    Padre Pablo Majluf, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 120.

30    Id Nakad, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 116.

31    Para más información sobre el ambiente de la aldea, en general: costumbres, trabajos, habitación y problemas, ver a Adib Al Kassis, La aldea libanesa en el pensamiento de Chicri Juri y Antonio Jayat, Líbano, 2001; y Anis Fraïha, La aldea libanesa, una civilización en vía de desaparición, Líbano, Imprenta Jarrous, sin fecha.

32    Rosa Majluf, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 288.

33    Rosa Majluf, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 288

34    Ver registro No. 1, Bqaakafra.

35    Ver Guía de la gruta de San Chárbel.

36    Rosa Majluf, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 288.

37    Al  Tannuri, p. 2.

38    Juan Al Jaisi, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 119

39    Juan Al Jaisi,  Ermitaño de Annaya, p. 85.

40    Durante quince horas se desbordó el río de Abu Alí, cuyas aguas cubrieron el puente, destruyeron la puerta de hierro (Bab Al Hadid) Asswaïqa, el matadero, el mercado Haraj, Al Mahalla; atacó con rabia el barrio cristiano. Los comercios y los almacenes quedaron sepultados; en todos los lugares llegó hasta el techo. Las casas, por la fuerza del oleaje, se derrumbaron sobre los habitantes y sobre todo lo que contenían; las bestias, los caballos, los asnos y los camellos se desbocaron; los sicomoros y los álamos fueron arrancados de cuajo. Cada árbol tenía una cuarta de espesor. Hombres, mujeres y niños encontraron la muerte en su fuga; los almacenes, con su contenido, fueron averiados: muebles, objetos de cuero, colchones, cobijas, provisiones, oro, plata. La pérdida se estimó en 3.000 sacos de oro (el saco equivalía a 500 piastras); las pérdidas de los huertos, en comida, en los molinos y en árboles frutales pasaron de 2.000 sacos de plata. Más de 100 mujeres murieron a causa del terror, cosa rara en nuestros días. El agua se desbordó por encima del puente. Todo duró una media hora. Si Dios no hubiera cuidado sus criaturas, todos hubieran perecido en el agua que arrastraba un barro muy pesado y negro. Si la inundación hubiera durado todavía un cuarto de hora más, hubiera afectado las dos terceras partes de la región; y si hubiera sucedido de noche, hubiera aumentado las pérdidas. Sin la ayuda de Dios, el Omnipotente, nuestros cuerpos  hubieran perecido con los de los que encontraron la muerte. A Él la alabanza en todo tiempo, ahora y por los siglos de los siglos. Amén (José Abraham Yasbek, Papeles libaneses, vol. II, Casa editora Araëd Al  Líbano, Beirut, 1983, p. 52-53, en un documento encontrado entre las hojas de papel de Paz Khaïrallah). Maaluf continúa en la revista  La Grace, vol. I, p. 329, diciendo: “Cuando el agua se calmó, el Bajá, por su propia cuenta, trajo buzos que sacaron los tesoros, arrastrados por la inundación, con lo que ganó mucho dinero (del P. Pierre Saadé, Convento del oro, Kfifane, libro III, Líbano 2004, p. 321).

41    Juan Al Jaisi, Ermitaño de Annaya, p. 84.

42    Juan Al Jaisi, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 118.

43    Juan Al Jaisi, Ermitaño de Annaya, p. 85.

44    Chárbel empleó, en árabe, el diminutivo de “torrente”, pues las gentes, al comienzo, no le dieron ninguna importancia.

45    Tum Al Mezrab y Dahr Al Qadib son dos cumbres de la montaña más alta del Líbano, a una altura de 3080 metros.

46    Son pastores beduinos.

47    Es decir, al comienzo del torrente estaban tranquilos, sin prever lo que podría pasar.

48    “Vamos donde cualquiera”: una expresión en el norte del Líbano que significa devolver una visita, ir a tomar un café.

49    Para impedir que el agua inunde sus casas y propiedades.

50    Se llama Salomón Aarida de Bqarqacha, desaparecido en la inundación. Una operación de salvamento se llevó a cabo en su búsqueda. Juan Al Jaisi, Ermitaño de Annaya, p. 85, rúbrica 2.

51    En el texto árabe, por pudor, usó el eufemismo.

52    Era el hábito que llevaban los habitantes de la Bekaa, y no el pantalón.

53    A causa de la subida de las aguas utilizaron la barca y los animales; camello, caballo, mula, asno.

54    El convento de Hammatura está situado en frente de la aldea de Kosba. Está construido en las rocas.

55    Antiguamente los habitantes, descendientes de la línea de príncipes, eran dominantes; toda recién casada debía pasar su primera noche de boda allí.

56    El río Kadicha, en el lugar donde desemboca en el mar, se llama Abu Alí.

57    Según los papeles que poseía el doctor, padre Gabriel Abi Samra, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 118-119. Un torrente tuvo lugar el 23 de mayo de 1882; causó daños agrícolas y pérdidas en el ganado; nunca hubo cosa parecida: duró 48 horas. Diario de Annaya, p. 1.

58    Padre Efrén Nakad, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 122.

59    Chárbel respondió a una pregunta que le hiciera el padre Juan Al Jajy: “¿Qué trabajas en casa de tu padre?”. P. Juan Al Jajy, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 46.

60    Id Nakad, Camino de la santidad, año I, p. 208.

61    Rosa Majluf, Causa para la canonización de Chárbel, 1955, p. 188.

62    Id Nakad, Camino de la santidad, año I, p. 208.

63    Id Nakad, Positio de la causa de canonización de Chárbel,1926, p. 114.

64    Juan Al Jaisi, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 119.

65    Id Nakad, Positio de la cusa de canonización de Chárbel, 1926, p. 114

66    P. Efrén Nakad, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 120.

67    Juan Al Jaisi, Positio de la cusa de canonización de Chárbel, 1926, p. 119

68    P. Benedicto Tabet, Causa de la canonización de Chárbel, 1955, p. 11.

69    Fuad Juri, Causa de la canonización de Chárbel,1955, p. 255.

70    Padre Juan Andari, Causa de la canonización de Chárbel, 1955, p. 37

71    Guía de la gruta de San Chárbel en Bqaakafra.

72    Al Tannuri, p. 2.

73    Guía de la gruta de San Chárbel, en Bqaakafra.

74    Juan Al Jaisi, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 119.

75    Padre Pablo Majluf, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 120.

76    Juan Al Jaisi, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 119.

77    Tío y tutor del padre Chárbel.

78    Registro No. 1, Bqaakafra, p. 108.

79    Registro No. 1, Bqaakafra, p. 108.

80    Una enfermedad contagiosa. Para impedir el contagio se aislaba al enfermo de la gente, vista la falta de medicina. Ver Viaje al Líbano y a Siria, de Monseñor Misseline, canciller del emperador de Austria y jefe de la corte papal, del papa Pío IX, traducido y comentado al árabe por el padre Ignacio Al Juri, monje libanés.

81    Registro No. 1, Bqaakafra, p. 112.

82    Traducción en verso.

83    De los papeles en posición de Monseñor Antonio Zaarur.

84    Registro No. 1, Bqaakafra, matrimonios y decesos, p. 7.

85    Registro No. 1, Bqaakafra, p. 7.

86    Galia, hija de Juan Zaarur, nació el 1º de enero de 1864. Es una prueba que la hija murió. Registro No. 1, Bqaakafra, p. 54.

87    Registro No. 1, Bqaakafra, p. 24.

88    Id Nakad, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 115.

89    Diario de Hub, p. 29.

90    Archivos de Nuestra Señora del Socorro, K-593

91    Monjes de nuestra aldea, p. 50.

92    Archivos de Nuestra Señora del Socorro, T-661.

93    Ermitaño de Annaya, p. 82.

94    El antiguo  Diario  de Kfifane, p. 9.

95    Archivos de Nuestra Señora del Socorro, K-495

96    Archivos de Nuestra Señora del Socorro, R-481; K-536; T-219.

97    Monjes de nuestra aldea, p. 51.

98    Archivos de Nuestra Señora del Socorro, K-547; el 31/11/1841.

99    Monjes de nuestra aldea, p. 50.

100                       Archivos de Nuestra Señora del Socorro, T-481, el 1/11/1847.

101                       Archivos de Nuestra Señora del Socorro, K-504.

102                       Archivos de  Nuestra Señora del Socorro, R-481; K-536;T-219.

103                       Archivos de Nuestra Señora del Socorro, K-613.

104                       Archivos de Nuestra Señora del Socorro, K-553.

105                       Archivos de Bkerke, cajón 1875.

106                       Diario de Kozhaya, p. 119, No. 232.

107                       Diario de Kozhaya, p. 119, No.213.

108                       Revelación de lo escondido, p. 60.

109                       Rosa Majluf, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p.288.

110                       Id Nakad, Camino de la santidad, p. 208-209

111                       Ermitaño de Annaya, p. 82.

112                       Una carta enviada el 30/8/1848, cuya copia ha sido enviada al convento de San         José  Elburye, Archivos de Nuestra Señora del Socorro, R-113 y Y-598.

113                       Diario de Maifuq, p. 5.

114                       El superior y Maestro de novicios.

115                       Reglas del novicio, p. 92-93.

116                       Padre Pablo Damián de Mechmeche, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 89.

117                       Reglas del novicio, p. 98.

118                       P. Elías de Ehmej, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 157.

119                       Id Nakad, en Camino de la santidad, año I. p. 250.

120                       Id Nakad en Camino de la santidad, año I. p. 250.

121                       Ver el martirologio maronita, según el rito de la Iglesia maronita de Antioquía, preparado y ordenado por el P. Pablo Daher, publicado por el Instituto litúrgico de la Universidad del Espíritu Santo, 23, Kaslik, Líbano, 1996, p. 243.

122                       Monjes de nuestro Pueblo, p. 198.

123                       Esta iglesia se ha señalado en el registro de compra de terrenos del convento de Kozhaya, entre los años 1822 y 1825; dos terrenos en Bqufa, uno en la vecindad de la iglesia de San Chárbel, p. 178, que se cambió por otro en Wata Al Ramatt, pp. 183, 214, 215.

124                       Afligirse tanto, es decir, tristeza con la que el afligido se abstiene de la alegría en las visitas, en las comidas preferidas del difunto, sujeto de la aflicción.

125                       Ermitaño de Annaya, p. 75.

126                       Registro No. 1, Bqaakafra, los difuntos, p. 112.

127                       Id Nakad, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 116; Ermitaño de Annaya, p. 73.

128                       Una carta enviada el 30/8/1848, cuyo destinatario era la comunidad del convento de San José Elburye, Archivos de Nuestra Señora del Socorro, R-113 y Y-598.

129                       P. Antonio Chibli, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 230. Eso quiere decir que cambió de convento en la época del trabajo con los gusanos de seda, es decir, en mayo, lo más probable del año 1852, y no en 1853 (porque se encuentra la expresión: terminó el segundo año de noviciado; ¡El año no son cinco meses! Estuvo en Maifuq nueve meses y 17 en Annaya, como novicio.

130                       P. José Jachane, Los cuatro astros, p. 40.

131                       Esta expresión quiere decir: abandonó el convento por su propia voluntad. Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 296; Anales de Maifuq, p. 5.

132                       P. Antonio Chibli, Causa de canonización de Chárbel,1955, p. 230.

133                       Eremitorio de Annaya, p, 82.

134                       Rosa Majluf, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 289.

135                       Pronunció sus votos el 1/11/1833, en el convento de Hub. Se ordenó el 20/8/1838. Murió en septiembre de 1871. Fue superior de Annaya entre 1848 y 1850. Monjes de nuestra aldea, p. 54 y 251.

136                       P. Emanuel Al Hach, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 296.

137                       Camino de santidad, año I, p. 251

138                       Id Nakad, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 294.

139                       Muerto como hermano lego, en Kfifane, en 1896, Monjes de nuestra aldea, página 126.

140                       Anales de Annaya, p. 8.

141                       Naamtallah Nehme,  Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 201.

142                       Camino de la santidad, año I, p. 251.

143                       P. Simón de Ehmej,  Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, página 41.

144                       Reglas del novicio, p. 101, la castidad.

145                       Constituciones 1732, castidad. Qarali habla de esta ley, diciendo: “Nadie ignora que son muchos los padres y ermitaños que han decepcionado a sus madres y a sus parientes próximos cuando se abstienen de hablar con ellos, de mirarlos o frecuentarlos. Lo leemos en la biografía de San Simeón, el estilita, P. Bimine y sus hermanos y muchos otros”. (La lámpara monástica p. 72).

146                       Pedro Hawad de Mechmeche, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 36.

147                       Juan Al Jaji, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p.45.

148                       José Jalife, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 282.

149                       Lo oculto desvelado, p. 135.

150                       P. Francisco Saliba Sabrini, Positio de la causa de canonización de Chárbel,  página 22.

151                       Pedro Moisés, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 158.

152                       P. Elías Ehmej, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 158.

153                       ¡5 años! Eso quiere decir que estuvo durante un largo período, pero no 5 años. Máximo, 3 años. Rosa Majluf, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 289.

154                       Lo que confirma la hipótesis es que los hermanos profesos que fueron ordenados sacerdotes con Chárbel, hayan, también, pronunciado sus votos con él, el mismo año: Atanasio Tula de Jebbe, el 27/3/1853, Monjes de nuestra aldea, p. 75; Eklimos Al-Danuri, el 27/4/1853, Monjes de nuestra aldea, p. 95; José Al-Danuri, el 25/12/1853, Monjes de nuestra aldea, p. 95; esto muestra que ellos fueron  hermanos conversos, y puede ser, vista su buena conducta, que hayan decidido ordenarlos sacerdotes; de ordinario, los estudiantes de teología hacían sus estudios solamente durante 3 años.

155                       Al-Tannuri, p. 2

156                       El padre Esteban pronunció sus votos en el convento de Kozhaya, el 17/6/1855. Murió el 8/9/1908, Monjes de nuestra aldea, p. 158; fue una prueba que el Santo tardase en juntarse al escolasticado de Kfifane. No entró, como quiere la tradición, en 1853.

157                       Al-Tannuri, p. 2.

158                       P. Antonio Chibli, Causa de la canonización de Chárbel, 1955, p.229.

159                       Padre Juan Andari, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 36.

160                       P. Antonio Chibli, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 230.

161                       P.Naamtallah Nehme, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 201.

162                       Es el sustituto de Aley, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 257.

163                       P. Naamtallah Nehme,  Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 201.

164                       P. Elías Ehmej, causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 157.

165                       P. Simón Ehmej, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, página 41.

166                       Antonio Alwan, Causa de canonización de Chárbel, 1955, p. 126.

167                       P. José Jachan, Los cuatro astros, p. 41-42.

168                       Diario del padre Naamtallah Al-Kafri, de la obra del padre Pierre Saade, Convento del oro, Kfifane, libro I, Líbano, 2001, p. 191.

169                       Quise hablar aquí de la piedad de la madre por la influencia que ella ejerció  sobre su hijo.

170                       Id. Naakad, Camino de la santidad, año I, p. 255.

171                       Archivos de Bkerke, registro de ordenaciones, p. 7.

172                       Diario de Kfifane, p.21.

173                       Hauchab Nakad, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926 p.182.

174                       Camino de la santidad,, año I, p.249.

175                       Padre Simón Ehmej, Positio de la causa de canonización de Chárbel 1926,    página  41.

176                       Rosa Majluf, Causa de la santidad, 1955, p. 291.

177                       Cerca de Bcheele y Duma.

178                       Pedro Damián de Mechmeche, Causa de la santidad de Chárbel, 1955 p. 89; Al Tannuri, p. 2;  Lo oculto desvelado, p. 120.

179                       Archivos de Nuestra Señora del Socorro, K-501.

180                       Al Tannuri, p. 2; y Testimonio del hermano Antonio Al-Qadi relatado ante nosotros, “hace algunos meses”.

181                       Testimonio del hermano Antonio Al-Qadi, relatado ante nosotros.

182                       Donde puede ser tres años, pues es el período del Capítulo de 1859 a 1862. El documento del consejo de Santiago, realizado en 1862, no existe; de donde no se sabe si el Padre Chárbel estuvo en el convento, o no. Su nombre no figura entre los participantes del consejo del convento de Annaya por ese mismo año (archivos de Nuestra Señora del Socorro, R-482); puede ser que haya un índice que se encuentre aún en el convento de Santiago. Por otra parte, su nombre no figura más en los dos consejos, tenidos en 1865, respectivamente en Santiago (archivos de Nuestra Señora del Socorro, K-542) y en Anaya (archivos de Nuestra Señora del Socorro, K-537). Yo creo que esto se colige por dos razones: El padre Naamtallah Tubia llamó a San Chárbel para decirle: vaya a cuidar el viñedo contra los chacales y envíenos al padre Antonio de Mechmeche, su guardián (pronunció sus votos en 1850, ordenado sacerdote en 1859 y muerto en 1906; Monjes de nuestra aldea, p. 180-181), pues él debe participar en el consejo local. Y el padre Chárbel fue directamente. Esta versión es conforme al consejo de 1865, por dos razones: 1- La presencia del padre Antonio de Mechmeche por la primera vez en el convento de Annaya; anteriormente, era miembro de la comunidad de Nuestra Señora de Machnaqa (archivos de Nuestra Señora del Socorro, R-468). 2-El consejo tuvo lugar el 20 de septiembre, época de madurez de las uvas.

183                       Pronunció sus votos en el convento de Hub, en 1835, fue ordenado sacerdote en 1838 y muerto, en olor de santidad, el 26/1/1884,Monjes de nuestra aldea, p.83

184                       Monjes de nuestra aldea, p. 252.

185                       Ver archivos del convento de Santiago Al Hosson

186                       Luces monásticas, vol. II, tomo II, centro de publicaciones artísticas, de la Universidad del Espíritu Santo, Kaslik, Líbano, p.32.

187                       Lo oculto desvelado, p. 107.

188                       Padre Emanuel, de Qartaba, muerto el 15/11/1841, de viruela, Diario del convento de Annaya, p. 49; Hermano Germán Amchite, muerto el 15/12/1841, de viruela, Diario del convento de Annaya, p. 49; Hermano Samuel Tannurine, muerto el 8/1/1841, de viruela, Diario del convento de Annya, p.49; Hermano Alejando  Tartej, muerto el 23/9/1842, fusilado por los chiítas, Diario del convento de Annaya, p. 49. En cuanto a las vejaciones de los chiítas contra el convento de Qartaba, el superior del convento escribió al patriarca para informarle: “…Por precaución, después de las vejaciones perpetradas contra nosotros, le planteamos nuestra necesidad de proveernos de municiones de guerra para cualquier caso imprevisto” Archivos de Bkerke, el 3/1/1841, cajón del patriarca José Hubech, según el padre Pierre Saade, convento del oro Kfifane, libro III, Líbano. 2004, p.501.

189                       Es decir, el actual convento; inscripción en lo alto de la puerta antigua del convento de Annaya.

190                       Al Tannuri, p.2.

191                       Padre Chárbel de Bqaakafra, como era conocido entre los monjes, firmó.

192                       Archivos de Nuestra Señora del Socorro, T-232.

193                       Archivos de Nuestra Señora del Socorro, K-612

194                       Archivos de Nuestra Señora del Socorro, K-580.

195                       Al Tannuri, p. 2.

196                       Vida y correspondencia del obispo José Prefer, obispo honorífico de Laodicea, sede de San Juan Marón. Faraya, 1818-1889; Personalidades en la historia del Líbano, Miguel Abi Fadel, D. Juan Najud, 2005, p. 110.

197                       Rosa Majluf, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 292 

198                       Pronunció sus votos en el convento de Annaya en 1837, fue ordenado sacerdote en 1841, y muerto de Maifuq en 1886 (Monjes de nuestra aldea, p. 251; expulsado de la Orden por el patriarca Pablo Masaad, archivos de Nuestra Señora del Socorro, R-1476

199                       Ignacio de Mechmeche, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 66

200                       Fue él quien fundó la Orden de los adoradores en el convento de la Transfiguración, después de que se encargó de la Orden Libanesa Maronita

201                       Archivos de Annaya, p.5-6

202                       Lo oculto develado, p. 107.

203                       Positio de prohibición de veneración, p. 37.

204                       Lo oculto develado, p. 107.

205                       Lo oculto develado, p. 111.

206                       Lo oculto develado, p. 112-113.

207                       Padre Miguel Jalife, Positio Al-Hardini, p. 85.

208                       Padre Simón de Ehmej, Positio Al-Hardini, p. 90.

209                       Padre Miguel Jalife, Positio Al-Hardini, p. 85.

210                       Padre José Abraham Hasruni,Positio Al-, p. 100.

211                       Padre Simón de Ehmej, Positio Al-Hardini, p. 90

212                       Padre Miguel Jalife, Positio Al-Hardini, p. 85.

213                       Padre Simón de Ehmej, Positio Al-Hardini, p. 90.

214                       Padre José Abraham Hasruni, Positio Al-Hardini, p. 100.

215                       El viñedo del eremitorio. Padre Miguel Jalife, Positio Al-Hardini, p. 85-86.

216                       Padre José Abraham Hasruni, Positio Al-Hardini, p. 100.

217                       Padre Miguel Jalife, Positio Al-Hardini, p. 86.

218                       Padre Simón de Ehmej, Positio Al-Hardini, p. 90.

219                       Era caritativo con los pobres. Dios ha realizado, gracias a su intercesión, muchos milagros, durante su vida y después de muerto; fallecido en 1864, Diario de Saintsassine-Baskinta, p. 14.

220                       De los clanes adheridos a personas, en particular a los padres: Ignacio Blaibel, Emanuel Al-Achqar, Al-Matni y Arsenio Al Nihaui.

221                       Ver los consejos locales, archivos de Nuestra Señora del Socorro; en Hub: todos los monjes eran de Tanurín; en Qartaba, todos eran de Qartaba; en Annaya (la mayoría de Mechmech; esta tendencia en la designación de monjes tuvo lugar durante los mandatos de los padres Emanuel Paz Al Matni y Emanuel Al Achkar Al-Chababi  que llegaron, respectivamente, a ser superiores generales de la Orden; fueron ellos los que llevaron a cabo la intervención de Roma que designó tres veces a Al-Hardini como consejero general. Fue la primera intervención de Roma.

222                       Puede ser que él se oponía a la actitud del patriarca que contrariaba a José Karam; (Ver José Karam, su memorándum al gobernador y a los pueblos europeos). Según el padre Marón Karam, Bkerke habría luchado contra tres  personalidades del norte: José que fue exilado, el obispo José Al-Debes acusado de relaciones con una mujer, Efrén Geagea, destituido de su cargo y expulsado de la Orden. Por otra parte, por oposición a los superiores generales: Emanuel Al-Matni, Emanuel Al-Chabai y Arsenio Al-Nihawi.

223                       Ver archivos de Nuestra Señora del Socoro, los capítulos generales de 1865 a 1874.

224                       Monjes de nuestra aldea, p. 201.

225                       Ver las cartas, archivos de Nuestra Señora del Socorro, entre los años 1862 a 1874, pues todas están dirigidas al padre Lorenzo Al-Chabai y no a él. Demuestran su presencia en el norte y no en Tamich

226                       Ver archivos de Nuestra Señora del Socorro, consejos del convento de Annaya en los años del anacoretismo de Alichaa; la mayoría eran de Mechmech; Ver visita canónica de 1897; Bkerke, el patriarca Juan El Hajj, Actas 18, No 227, p. 23; Ver Efrén Nakad, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 124.

227                       Capítulo de Al-Chawadih, conocido por este nombre en la Orden.

228                       Ver los capítulos generales de la Orden, padre D. Elías Aaazzi.

229                       Ver archivos  de Annaya, p.18-24 y 31.

230                       Ver el Padre Ramia, Ermitaño de Annaya, p. 42, la causa de la venta, parece, fue un problema causado por el padre Roque de Mechmeche que había firmado una letra de cambio, en 1871, a nombre de Jairallah Chehade que, a su vez, la vendió a  William  Vicente de Beirut; éste último pudo apropiarse de los bienes del convento, después de una sentencia judicial pronunciada por el tribunal de Beirut; reclamó ser recompensado en dinero contante, o si no, obtener su valor con las propiedades del convento. El padre Elías de Mechmeche (superior del convento de Annaya entre los años 1875-1884 y 1895-1897,  Monjes de nuestra aldea, 251), envió una carta al patriarca maronita, Bkerke No. 181, solicitando su ayuda, diciéndole: “El padre Roque no recibió dinero, aunque firmó la letra de cambio; este problema surgió a raíz de la persecución del padre Roque contra Alichaa que quería por este medio compensar sus pérdidas ante el tribunal para cogerse el dinero…

231                       Designado superior entre 1871-1875, Monjes de nuestra aldea, p. 251.

232                       Pronunció sus votos el 9/2/1859, en el convento de Kozhaya, fallecido el 2/1/1912, en el convento arriba mencionado (Monjes de nuestra aldea, p. 42); era de los partidarios del  norte. Fue expulsado de la Orden (archivos de Nuestra Señora del Socorro D-580).

233                       Ponemos a su buen cuidado los asuntos que ya le hemos mencionado a su Beatitud, después de los cuales ha ordenado que se examinaran las acusaciones  llevadas por el padre Abdel Massih, superior del convento, contra nuestro servidor, hijo de su Beatitud, el hermano Abdallah Al-Baaini; el superior y sus partidarios no cesan de oponerse a nosotros; eso viene del enemigo del bien para turbar nuestra conciencia en medio de estos adversarios que creen poder sacarnos del eremitorio, pues el padre Roque está contra nosotros. No encontramos ninguna razón para este ataque. Nos parece que lo que hemos hecho en el eremitorio no contraría la Regla (han sacado como pretexto las limosnas ofrecidas al eremitorio para la compra de tierras), ni tampoco los mandamientos de Dios; los arriba mencionados, no contentos con maltratarnos, han incitado a personas abyectas para que nos ataquen de noche, en el eremitorio, golpeando a nuestro servidor, un monje, hiriéndolo. Le hemos escrito al superior general a raíz de los acontecimientos, y él nos ordenó abandonar lo relativo a las tierras. Por su bondad, nos dejó el cuidado de los olivares de Aain Kfaa, sólo para nuestras necesidades urgentes, y también las cabras para hacernos  una alfombra o un cilicio para portar y para ofrecer hospitalidad a los visitantes del eremitorio. Todo el tiempo nos maltratan, atribuyéndose la autoridad patriarcal. Tenemos conciencia de que somos hijos muy cercanos de su Beatitud, por  lo que le pedimos su preciosa bondad de protegernos de ellos. Uno de los susodichos, el padre Antonio de Mechmeche, fue donde el encargado de las cabras, lo amenazó, profirió injurias contra nosotros y arrebató las cabras. Rogamos a su Beatitud, por las entrañas de Cristo,  acoger nuestra solicitud, y devolvernos el monje a nuestro servicio, pues estamos contentos de él. Todas estas cosas son causadas por los celos del demonio. Nos ponemos en sus manos, listos a obrar todo lo que nos mande, pues es inspirado por el Espíritu Santo; y, obedientes, besamos el suelo que pise su beatitud. Que Dios  proteja su pureza. 21 de diciembre de 1872. El hijo de su Beatitud, Eliseo Al-Hardini, servidor del eremitorio de Annaya, libanés (Archivos de Bkerke, cajón 1872).

234                       Ya, el fundador de nuestra Orden, Abdallah Karaaly, nos había puesto en guardia, en su libro La lámpara monástica, tomándolo de San Basilio: “No es justo que haya hermanos en el convento, manejados por acuerdos de cuatro, de tres y de dos; pues el que ama a uno más que al otro, muestra que su amor es imperfecto”. p. 150.

235                       El padre Marón  Karam explica esta realidad, diciendo: “El primer conflicto en la Orden comenzó en 1832, destituyendo a Blaibel de superior general, movimiento al que se le mezcló la autoridad civil, de donde comenzó a progresar la fuerza “motriz” cuyo fin primordial era desembocar en un puesto para realizar sus objetivos y sus intereses particulares, armándose de “la pertenencia a la región” para aspirar a superior general; una vez conseguido eso, el superior general se debía a sus partidarios, en detrimento del bien y del interés general de la Orden; conjugar sus esfuerzos para fortificar la posición de los monjes de su región, gastar el dinero de la Orden a su cuenta y distribuirlo a sus partidarios en las otras regiones para ganarlos a su propia causa y asegurar sus votos en los próximos escrutinios, y así por el estilo…”  Nehemtallah Kassab Al-Hardini, el Santo de Kfifane, 1810-1858, tratado de estudio histórico global, Padre Marón Karam, publicado por los padres José Aazzi y José Mukarzel, (La Iglesia en oriente, 5) Nisbay, Líbano, 1998, p. 153-154.

236                       En el momento del milagro, Sebastián Al Uwaini tenía 13 años (el sustituto de Aley, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 274) recibió la confirmación el 19/6/1867, (registro de Ehmej, p. 30) tenía entonces 10 años; certifica que entró al convento de Annaya a los 12 años para estar al servicio del tío de su padre; el padre falleció (ver Sebastián Uwaini, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 4) el 4/3/1869 (Monjes de nuestra aldea, p. 181); se quedó en el convento al servicio del despensario, el hermano Francisco de Mechmeche, alrededor de dos años (Ver Sebastián Uwaini, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 4). En ese tiempo, Chárbel estaba al servicio del ermitaño, el Padre Eliseo, donde permaneció seis años (Padre Nakad, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 124) todas sus pruebas indican la probabilidad que el milagro de la lámpara se realizaría en julio (mes de las cosechas), de 1869.

237                       Padre Ignacio de Mechmeche, Positio de la causa de canonización de Chárbel, 1926, p. 63.

238                       Lo culto develado, p. 139.

239                       Hermano Elías Mahrini, en Camino de la santidad, año 2, p. 468.

240                       Sebastián Al Uwaini, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 6.

241                       Padre Juan Al-Andari, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 43.

242                       El sustituto de Aley, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 274.

243                       Padre Juan Al-Andari, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 43.

244                       El sustituto de Aley, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 258, palabra libanesa tomada del dialecto, que quiere decir la ceniza que se recogía en recipientes y se la mojaba con agua; se volvía rica en potasio y servía como lejía, pues en ese tiempo no había todavía detergentes..

245                       Padre Juan Al-Andari, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 43.

246                       El sustituto de Aley, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 258.

247                       El sustituto de Aley, Causa de la santidad de Chárbel, 1955 p. 259.

248                       Padre Juan Al-Andari, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 43.

249                       Sebastián Al Uwaini, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 6.

250                       Padre Juan Al-Andari, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 43.

251                       El sustituto de Aley, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 259.

252                       Hermano Elías Mahrini, en Camino de la santidad, año 1 p. 469.

253                       Padre Nehemtallah Mechmech, Positio de la santidad de Ch´rbel, 1926, p. 80.

254                       Padre Elías Ehmej, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 87.

255                       Padre Nehemtallah Mechmech, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 80.

256                       Padre Luis Blaibel, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 141.

257                       Padre Efrén Nakad, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 80.

258                       Padre Elías Ehmej, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 87.

259                       Padre Juan Jaji, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 44.

260                       Hermano Elías Mahrini, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 59.

261                       Padre Francisco Sibrini, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 24.

262                       Padre Ignacio de Mechmeche, Positio de la santidad de Chárbel, 1826, p. 63. Estas palabras no se ajustan a la realidad, pues Chárbel nunca fue considerado como sirviente del eremitorio, sino como ermitaño y compañero de los ermitaños. Por humildad, él hacía el servicio a los ermitaños trabajando en el eremitorio (el ermitaño padre Juan Jawand).

263                       El 17/1/1874, Monjes de nuestra aldea, p. 38.

264                       Padre Simón Ehmej, Ermitaño de Annaya, p. 30.

265                       Padre Juan Jaji, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 46.

266                       Padre José Ehmej, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 67.

267                       Padre Efrén Nakad, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 124.

268                       Alrededor o antes de 1871.

269                       Padre Juan Andari, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 43.

270                       Diario de Annya, p. 52.

271                       El 15 de febrero, fecha conocida por la tradición como la entronización de Chárbel en el eremitorio.

272                       No hemos  podido encontrar un documento oficial que autorice al padre Chárbel la entrada al eremitorio, como fue el caso del ermitaño Eliseo y de los otros. Queda, pues, siempre abierta la pregunta a los procedimientos seguidos en cuanto a la entrada de Chárbel al eremitorio, no como sirviente de los ermitaños, sino en calidad de ermitaño y compañero de ellos. (Padre ermitaño Juan Jawand).

273                       Pronunció sus votos en 1855, entró en el eremitorio de San Pedro y  San Pablo del convento de San Marón, donde estaba el padre Eliseo y se quedó allí 5 años; con el padre Chárbel vivió 18 años, y murió en el eremitorio de Qattara el 7/8/1914 (Lo oculto develado, p. 115-117; diario de Qattara, p. 174).

274                       Padre Efrén Nakad, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 124.

275                       Padre José Hasruni, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 108.

276                       Hemos señalado aquí la muerte pues ella falleció al principio de la vida monástica de Chárbel.

277                       Registro No. 1, Bqaakafra, p. 108.

278                       Hermano Elía Mahrini, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 55.

279                       Padre Juan Jaji, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 44.

280                       Padre Simón de Ehmej, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 41.

281                       ¿O el permiso?

282                       Padre Roque Mechmech, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 105.

283                       Padre Elías Ehmej, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 87.

284                       Padre Roque Mechmech, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 105.

285                       Padre Juan Jaji, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 44.

286                       Padre Elías Ehmej, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 87.

287                       Padre Simón de Ehmej, Ermitaño de Annaya, 1926, p. 30.

288                       El cura párroco Miguel Ramia, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 71.

289                       Pronunció sus votos en 1871, fue ordenado sacerdote el 25/2/1875, murió el 10 de octubre de 1914, Diario de Annaya, p. 60. Su cuerpo se encontró incorrupto (Lo oculto develado p. 145).

290                       Lo oculto develado, p. 144.

291                       Padre José Ehmej, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 66.

292                       Chebli Chebli, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 189.

293                       Padre José Ehmej,  Causa dela santidad de Chárbel, 1955, p. 66.

294                       Padre Antonio Nehme, Positio de la foto de San Chárbel, p. 8.

295                       Eso no quería decir que el padre Macario tuviera la potestad de echarlo. sino, más bien, que la obediencia proverbial de Chárbel lo indujera a hacerlo. (Padre ermitaño Juan Jawand).

296                       Padre José Ehmej, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 85.

297                       Tal como lo contó Marón Karam delante de nosotros, según el testimonio del padre José Abraham Al-Hasruni.

298                       Padre José Ehmej, Causa de la santidad de Chárbel, 1955, p. 85.

299                       El plural puede ser para mostrar que más de una persona estaba presente cuando le llenaron de agua la lámpara.

300                       El cura párroco Miguel Ramia, Lo oculto develado, p. 139.

301                       Ermitaño de Annaya, p. 31.

302                       Juan Hussaini, Positio de la santidad de Chárbel, 1926, p. 136.

303                       Tal como el padre Marón Karam lo contó delante de nosotros, según el testimonio del padre José Abraham Al-Hasruni.

 
 

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